HUNTINGTON PARK, California. – Jonathan Flores pasó un sábado soleado de fines de octubre tocando a las puertas de los votantes registrados en esta ciudad de clase trabajadora, predominantemente latina, en el sureste del condado de Los Ángeles.
La mayoría de las personas no estaban en casa o no abrían la puerta. Algunos de los que sí atendieron expresaron fuertes opiniones sobre Joe Biden y Donald Trump, y se interesaron por las iniciativas a favor del aborto y del aire limpio que estarán en la boleta electoral de California el 8 de noviembre.
Un joven rechazó a Flores y dijo que dudaba de que su voto fuera contado.
Al igual que los otros voluntarios enviados ese día por AltaMed, una gran cadena de clínicas comunitarias, Flores tenía puesta una gorra de béisbol negra y una camiseta con las leyendas: “My vote. Mi health”; y, abajo, en español, “Mi voto. Mi salud”.
Su misión era instar a los residentes a votar, incluso si nunca lo habían hecho, para que pudieran estar representados de manera justa en el ayuntamiento, en Sacramento y más allá.
“Siento que he visto comunidades –personas que se parecen a mí, a mis padres–, que luchan mucho”, dijo Flores, de 31 años, cuya madre y padre nacieron en México y ahora viven en el Valle Central. “Entonces, llegar a ellos, al centro de esos problemas, es básicamente lo que me llevó a hacer esto”.
En los últimos años, las instituciones de atención de salud a lo largo de todo Estados Unidos han realizado esfuerzos para promover el voto, inspiradas por la creciente creencia de que votar mejora la salud de las personas y las comunidades.
La American Medical Association respalda esta idea. En esta elección, AltaMed, con un departamento de compromiso cívico activo, se ha enfocado en más de un cuarto de millón de votantes registrados en los condados de Los Ángeles y Orange, la mayoría de ellos en comunidades latinas. Ha ofrecido espacios para votar por adelantado en una docena de clínicas, y planea movilizar voluntarios hasta el día de las elecciones.
“Nuestros problemas a menudo se desencadenan, o se exacerban, por factores de nuestra vida diaria, el aire que respiramos, el lugar donde vivimos, los alimentos que comemos”, dijo Aliya Bhatia, directora ejecutiva de Vot-ER, una organización sin fines de lucro que trabaja con 700 hospitales y clínicas en todo el país, incluido AltaMed, para alentar a los pacientes y al personal a votar. “El trabajo de Vot-ER ayuda a los pacientes a ser parte de un proceso, de avanzar, para dar forma a esas políticas que afectan nuestra salud”.
Votar puede ser un desafío en las comunidades latinas a pesar de su potencial como fuerza electoral. La población latina se ha cuadruplicado en las últimas cuatro décadas y ahora comprende el 19% de la población de los Estados Unidos. En California, los latinos representan más del 39% de la población, superando a los blancos no hispanos, y convirtiéndolos en el grupo étnico o racial más grande del estado.
Sin embargo, la participación electoral entre los latinos continúa a la zaga de otros grupos. Su participación en las elecciones de 2020 estuvo más de 14 puntos porcentuales por debajo de la población total en edad de votar del estado, según datos del Center for Inclusive Democracy de la Escuela de Políticas Públicas Sol Price de la Universidad del Sur de California. […]